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Flores

Hoy subió al bus un hombre con un manojo de flores.
Todos los asientos estaban ocupados así que cordialmente me ofrecí para llevarle el ramo.

Cuando lo tuve en mis manos lo miré detenidamente.
Imaginé que era para mí.
Que él estaba allí para darme esas flores.
Que era mi sorpresa.

Las miraba una a una.
Imaginé lo que pensaría cuando las escogió para dármelas.
Las miraba una a una sin alzar la mirada.
Buscaba algo en ellas, pero no sabía qué.
Él seguía allí. Quizás esperaba una respuesta.
Pero sólo estaban las flores.

Cuando alcé mi cabeza vi que estaba cerca de mi parada.
Devolví al hombre las flores.
Le regalé una sonrisa y le susurré un «de nada» cuando me dio las gracias.

Pedí mi parada.

Publicado enDivagar

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